Más allá de los algoritmos
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La inteligencia artificial está remodelando rápidamente la forma en que trabajamos y tomamos decisiones, ofreciendo herramientas que pueden analizar grandes cantidades de datos, identificar patrones y proporcionar información con una velocidad sin precedentes. A pesar de lo impresionantes que son estas tecnologías, ponen de relieve una verdad esencial: algunas conclusiones requieren más que un algoritmo, requieren juicio humano, colaboración y una voz colectiva.
Marc Maguire, amigo y profesor de University of Nebraska, a menudo discute esta realidad, particularmente en el diseño estructural. Describe las decisiones incrustadas en las fórmulas estructurales no solo como productos técnicos, sino como elecciones colectivas hechas por las personas. Estas decisiones pueden implicar un riesgo aceptable, requiriendo debate, acuerdo y, a veces, el consenso de una mayoría. Esto ilustra que las mejores soluciones a menudo están determinadas por las diversas perspectivas y experiencias compartidas de un grupo.
Esta reflexión se siente particularmente oportuna ya que recientemente marcamos la jubilación de nuestro Director Técnico de toda la vida, James Baty. Sus contribuciones a lo largo de los años fueron inmensas. Guio a la asociación a través de un período en el que la experiencia técnica a menudo descansaba en manos de unas pocas personas de confianza. Sin embargo, el acceso al conocimiento se ha ampliado. A medida que nuestra industria se ha vuelto más compleja, con una variedad más amplia de contextos y tecnologías que nunca, la experiencia ahora está distribuida más ampliamente. Esta evolución ha transformado a nuestra comunidad en un poderoso colectivo de voces diversas.
Este principio se encuentra en el corazón de lo que hace nuestra asociación. No estamos aquí para dar todas las respuestas ni para actuar como el único depositario de la experiencia. En cambio, nuestro papel es recopilar ideas, facilitar el diálogo y amplificar la sabiduría colectiva de nuestra comunidad. Las declaraciones de posición y los documentos, por ejemplo, no son códigos ni leyes, sino expresiones valiosas de nuestra voz compartida sobre temas clave, una orientación que a menudo tiene más peso que la experiencia de un contratista individual. En muchos casos, tener una posición colectiva proporciona claridad y refuerza las mejores prácticas que, de otro modo, podrían pasarse por alto o cuestionarse.
A medida que las herramientas de IA continúan evolucionando, su capacidad para proporcionar respuestas y soluciones rápidas subraya la importancia de nuestro trabajo como conservadores de conocimiento. Si bien estas herramientas se destacan por ofrecer opciones y analizar datos, el elemento humano sigue siendo indispensable. Al igual que las bibliotecas evolucionaron de meros repositorios de libros a centros dinámicos para la gestión y la conservación del conocimiento, ahora nos aseguramos de que las respuestas que presentamos sean examinadas, contextualizadas y enriquecidas por la experiencia y el juicio colectivos de nuestra industria.
Más allá de la tecnología, la identidad de nuestra asociación está arraigada en la conexión humana. Nos nutre el compromiso: construimos relaciones, fomentamos la colaboración y compartimos ideas, debatimos desafíos y aprendemos unos de otros. Me enorgullece trabajar para una organización que prioriza estas conexiones y empodera a nuestra comunidad para dar forma al futuro juntos. Si bien la tecnología sin duda transformará la forma en que trabajamos, nunca reemplazará el valor único y duradero de las voces humanas unidas por un propósito.