Interstate highway 45 is submerged from the effects of Hurricane Harvey seen during widespread flooding in Houston, Texas, U.S. August 27, 2017. REUTERS/Richard Carson – RC1A2732B020

Con más de cincuenta miembros en Texas, y la mayoría de ellos en Houston, la Tilt-Up Concrete Association (TCA) tiene a aquellos afectados por el huracán Harvey en nuestras mentes y nuestros corazones. Mientras escribo esta carta, el evento impactando el estado apenas ha comenzado. Los esfuerzos de recuperación están a la espera mientras se realizan los esfuerzos de rescate. Los ríos aún no han llegado a su nivel más alto y se espera más lluvia. Estoy sentado aquí en Iowa, pensando sobre nuestra red y cómo podemos ayudar.

Tengo una idea de cómo están las cosas ahí ya que en 2008 la ciudad donde crecí fue afectada por una inundación histórica que la ciudad nunca había visto con anterioridad. Las aguas que sobrepasaron el plano de inundaciones de 500 años destruyeron servicios de utilidades, instituciones públicas, empresas privadas y cientos de hogares incluyendo el de mis padres. Mientras esperábamos poder volver únicamente podíamos imaginarnos el daño, y mientras muchas personas pedían ayuda, no teníamos ni idea qué tipo de ayuda necesitaríamos.

Cuando hablé con los miembros en Houston durante el fin de semana y esta mañana, ellos hicieron eco a esa incertidumbre. No están seguros del daño causado. No tienen acceso a sus oficinas o sitios de trabajo. No saben cuántas casas sus empleados perdieron y solamente están comenzando a pensar cómo se organizarán. Tener un buen plan de manejo de emergencias no completa las brechas de información que son inevitables en estas situaciones.

Lo que he aprendido de nuestra experiencia en Cedar Rapids fue el valor de aparecer y trabajar en equipo. Muchas personas bondadosamente ofrecieron su ayuda, pero colocaron la carga en la persona afectada para darles instrucciones. Decían cosas como: “Dígame cómo puedo ayudar”, o “Dígame si necesita algo”. Creo con todo mi corazón que tenían buenas intenciones, pero en el estrés de la recuperación, las personas no pueden pensar claramente lo que lleva coordinar y comunicarse con voluntarios. Para nosotros, lo mejor fue que las personas simplemente se presentaran. Aquellos que llegaron listos para trabajar y aquellos que llegaron con comida fueron los más apreciados. Aquellos que ayudaron a sus vecinos, compartieron recursos y trabajaron en equipo estuvieron mejor que aquellos que eligieron cuidar de sí mismos. Lo aliento a que tome esto literalmente la próxima vez que haya personas en necesidad en su comunidad. Una vez que sea seguro hacerlo, preséntese y trabaje en equipo. Estamos todos juntos en esto.

Mitch Bloomquist